La saturación por la pandemia en la ciudad hace que las funerarias recurran a remolques para almacenar los cuerpos
Fueron los vecinos quienes alertaron a la policía en la mañana del miércoles. Dos pequeños camiones de mudanzas, aparcados en el exterior de una funeraria de Brooklyn, Nueva York, despedían un terrible hedor. Al llegar, los agentes abrieron los vehículos y encontraron docenas de cuerpos en descomposición. La policía ha abierto una investigación.
Con más de 16.000 muertes, cinco veces más de los que fallecieron en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la ciudad de Nueva York lleva semanas convertida en el epicentro de la pandemia el coronavirus. La presión en los servicios funerarios de la ciudad es extraordinaria. El flujo constante de cuerpos de los hospitales y residencias les impide incinerarlos o enterrarlos rápidamente, y muchas funerarias se han visto obligadas a utilizar camiones refrigerados.
Los dos pequeños camiones localizados en el exterior de la funeraria de Andrew T. Cleckley de Brooklyn, según una fuente policial citada por la cadena ABC News, no tenían refrigeración y contenían 50 cuerpos aproximadamente cada uno, metidos en bolsas individuales. Algunos de los cuerpos, según la policía, estuvieron en los vehículos de alquiler durante más de una semana. Uno de los vecinos que alertaron de la presencia de los camiones aseguró a la policía que incluso “salía sangre de uno de los camiones”.
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