El bullying en la familia

Generalmente cuando escuchamos el término bullying nuestra mente lo asocia a las conductas de violencia en el ámbito escolar, donde un chico o varios ejercen el papel del acosador o violento y otro (que se encuentra en desventaja), resulta ser el que recibe la agresión.

Sin embargo, los estudios nos indican que el bullying se aprende en la familia. De aquí que sea tan difícil reconocer que un hijo es violento, porque es muy complicado reconocer que se vive violencia en la familia.

Y si vivir violencia en el entorno escolar es complicado y deja huellas emocionales en las víctimas, pensemos....  Que tan difícil y dañino es el vivir bullying en la familia.

Generalmente el bullying familiar se observa entre hermanos en mayor medida, pero también es común observarlo entre primos, tíos y personas que conforman la familia extensa.

Recordemos que existen diferentes tipos de violencia, no solamente la física, sino además, está la violencia económica, la violencia psicológica, por mencionar algunas que suelen prevalecer al interior de un grupo familiar.

La violencia psicológica dentro de la familia, está representada por comentarios agresivos, conocidos como descalificaciones.

Es decir, palabras hirientes, dirigidas hacia atacar a la persona, como sería en su aspecto físico, sus habilidades, su estilo de vida, su profesión, su pareja y en general su autoestima.

El ser una persona descalificadora incluye, emitir criticas destructivas, a veces disfrazadas de constructivas. Brindar consejos no solicitados. Colocándose en la posición "yo soy el bueno" "tú eres el malo".

Escribir frases o fotos que puedan dañar la imagen de la persona en las redes sociales.

Y emitir comentarios hirientes y negativos seguidos de uno positivo, con lo cual el descalificador disfrazará sus intenciones.

Cabe señalar que el o los descalificadores, son personas con heridas emocionales, principalmente en su autoconcepto, con sentimientos de enojo que se encuentran sin expresión, (seguramente por haber recibido violencia de otro miembro del grupo familiar) y, mientras no tomen un proceso terapéutico se encontrarán imposibilitados de identificar las heridas en sí mismos.

Pero, si existen varios miembros de la familia con este perfil, el grupo familiar tenderá a escoger un miembro de la misma como depositario de las agresiones.

En Terapia Familiar, se le denomina el paciente identificado, porque en la infancia, será el que presente algún conflicto conductual. Cabe señalar que también es un descalificador en potencia.

 Y requiere de una intervención familiar porque al sanar o recuperarse este miembro, podrá surgir otro hermano o hermana o varios de ellos, con otro tipo de sintomatología.

Entonces de no llevarse un tratamiento familiar, el bullying continuará en la edad adulta, donde tristemente se observa que los conflictos entre los hermanos no solamente se intensifican, sino que pueden llegar a continuar en la siguiente generación. Prevaleciendo así la violencia dentro de la familia, y extendiéndose a los grupos sociales.

Por lo tanto, una terapia a tiempo ahorra años de sufrimiento.

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