El Trife todopoderoso por José Javier Reyes

Dios es grande y se llama Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Redime a los pecadores. Revive a los muertos. Multiplica los panes y los apoyos. Así lo entendió el hoy candidato independiente a la presidencia del país, Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, quien colocó el siguiente exvoto en su cuenta de Twitter para agradecer al todopoderoso TEPJF:

“Dios es grande, gracias. La fe es grandiosa. #ProhibidoRendirse”.

Lo anterior, luego de que la sala superior del mal llamado Trife ordenara al Instituto Nacional Electoral (INE) que lo inscribiera como candidato independiente a la presidencia de México por haber realizado una segunda revisión de las imágenes de credenciales de elector recolectadas por el gobernador de Nuevo León con licencia, pasando las mismas de un millón 200 a 845 mil, lo que lo dejaba momentáneamente fuera de la contienda electoral. Esta segunda revisión no estaba prevista en la ley, por lo que era violatoria de los derechos del aspirante a presidente.

De ahí que cuatro de siete magistrados se inclinaran por regresarle la candidatura a “El Bronco”, lo que provocó una andanada de críticas y recriminaciones de los simples mortales al omnipotente tribunal. Porque una cosa era reparar el atropello del INE, pero otra olvidar las trapacerías de Rodríguez Calderón, entre las que se cuentan que el 58% de sus firmas recolectadas fueron apócrifas y que 810 mil 995 firmas no fueron encontradas en la lista nominal de electores, entre las anomalías más notorias. Lo anterior, sin contar las irregularidades de tipo financiero en que incurrió.

Dolido por las acusaciones que mancharon su buen nombre, “El Bronco” reviró diciendo que demandaría al INE “por denigrar su imagen” (sin explicar qué podía significar esto) y porque la aplicación para celulares del instituto “siempre fue una farsa”. Por no dejar, el réferi electoral presentó una denuncia ante la Fiscalía Especial para los Delitos Electorales (Fepade) por los ilícitos que se hubiesen cometido en la recolección de firmas de los candidatos independientes, lo que involucra a “El Bronco” pero también a Margarita Zavala y a Armando Ríos Peter (a) “El Jaguar”.

Porque lo cierto es que al margen de los “altos estándares en materia de impartición de justicia” que aplicara el TEPJF, queda siempre la duda de cuál es su concepto de justicia. Porque si el INE había allanado los derechos de Rodríguez Calderón, lo cierto es que la sentencia del tribunal se excede en devolverle dichos derechos y le otorga algo que no ganó. Porque la idea de justica del Trife pretende ignorar que el candidato independiente falsificó documentos o firmas de casi un millón de ciudadanos. Porque supone que realizar una revisión de estas suplantaciones es una actitud invasiva del INE, que si bien, pudo haberse extralimitado en sus funciones, no maquiló un fraude como lo hizo Jaime Rodríguez. Y porque debido a sus altos “estándares de calidad”, el hombre que urdió dicha suplantación aspira legítimamente a ser presidente de este país.