Migraciones

Las migraciones siempre han existido desde la antigüedad hasta nuestros días y la mayor parte de las veces, con el fin de mejorar condiciones de vida. Recordemos al pueblo israelita que deja su vida de esclavitud en Egipto, para buscar “la tierra prometida” que por cierto aún no encuentran, ni encontrarán. Geográficamente donde se establecieron (Israel), no era el lugar que buscaban.

Varios países europeos como Francia, España, Portugal, Alemania, entre otros, han sido lugares donde han migrado miles de africanos. Estados Unidos ni se diga, el cien por ciento son migrantes de diferentes partes de Europa, sólo que al paso de los años se proclamaron dueños y originarios del lugar (por cierto, mediante un genocidio brutal). A la fecha, es el país donde coexisten el mayor número de migrantes de todo el mundo.

La llegada de migrantes siempre ha tenido una connotación clasista y racista. Aunque siempre se niega. En EU durante varios años, han tenido una política expansionista, justificada según ellos, por su preocupación a la libre autodeterminación de los pueblos en su sistema económico, político y social. Aunque en la realidad imponen gobiernos dictatoriales, bajo un supuesto proceso democrático; trayendo como consecuencia en la población: inseguridad, bandidaje, temor, problemas de salud, etcétera, etcétera, pero principalmente miseria. ¿Quién no huye así de su país buscando mejores condiciones de vida? Aunque en ello, vaya implícita la vida misma.

Pareciera que la gente de Centroamérica quiere llegar con quienes son culpables de su situación. Pero no quieren llegar a robar, ni asesinar como algunos los quieren culpar. Sino más bien a ofrecer lo que les quitaron en su país, trabajo. Es urgente revisar los motivos reales de su migración, pero les puedo asegurar que no es por gusto. En consecuencia deben revisar lo más pronto posible cuáles son esos motivos, quienes tienen el compromiso de hacerlo: ONU y OEA.

Por otro lado, me sorprende como nuestras autoridades federales y algunas estatales, se apropian de un problema que no es suyo, el territorio mexicano es simplemente un lugar obligado de paso, más no promotor de tales migraciones. Sin embargo, la presión política de los vecinos del Norte es mucha y nuestras autoridades se ven comprometidas a corresponder, y así, crean un cerco para evitar que nuestros vecinos del sur, lleguen a los Estados Unidos. Simplemente observamos la aplicación del poder.

Insisto, no olvidemos que el humano desde su origen ha sido migrante y al llegar al lugar deseado, siempre ha contribuido de manera positiva ¿Acaso los países europeos desbastados después de la primera y segunda guerra mundial, hubieran podido ellos solos recuperarse y seguir siendo, hasta la fecha, potencias mundiales? Se lo deben a africanos, asiáticos e incluso americanos. Su mano de obra fue y sigue siendo determinante.

Nuestro México es otro ejemplo ¿cuántos han migrado de las zonas rurales a las urbes para ofrecer su creatividad, intelecto y fuerza de trabajo a cambio de un raquítico salario e ínfimas condiciones laborales? Sin duda, un gran número de personas, mismas que han contribuido al crecimiento y desarrollo de las ciudades donde se establecen: Ciudad de México, Monterrey, Puebla, Guadalajara, entre otras más. En el caso de los grupos indígenas, al migrar, también han contribuido favorablemente, desgraciadamente llegan a espacios de su propio país, sufriendo mil vejaciones, por el sólo hecho de ser indios ¿Qué esperan los hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y de otros países en nuestro México? Lo más cruel es que el gobierno federal no aplica una política migratoria adecuada, sustentada en los derechos que tienen cualquier migrante al encontrarse en territorio mexicano.

Los centroamericanos, estoy seguro, no nos quitarán trabajo, ni nuestros bienes. Actuemos lo que humanamente y como sociedad nos corresponde; somos territorialmente un lugar de tránsito, actuemos como tal. No sabemos si es estrategia política de uno o de ambos partidos políticos de nuestros vecinos; los republicanos para justificar su posición política de que los EU deben ser para los estadounidenses y los demócratas, demostrar lo inhumano y falta de visión política externa, del actual presidente. Es una hipótesis que se confirmará o rechazará a través del tiempo.

Afortunadamente al territorio tlaxcalteca le dieron la vuelta. Históricamente ha sido un lugar de paso por su ubicación, pero en esta ocasión prefirieron no pasar por aquí; de alguna manera le quitaron una gran responsabilidad al gobierno estatal y al Congreso. Aunque si hubieran pasado y recibido un favorable apoyo de ambos, por lo menos ya tendrían que decir en su informe de fin de año.

Sin duda, esta diáspora de centroamericanos es el producto del modelo neoliberal impuesto en casi todos los países del continente americano. Mismo que tiene como objetivo central, procurar riqueza en unos cuantos, para que éstos supuestamente, a su vez, la derramen mediante empleos bien remunerados, apoyos al campo, educación, salud y demás aspectos necesarios para el buen crecimiento de cualquier país. Sin embargo, se les olvidó que el modelo neoliberal concibe que la riqueza no se comparte, se acrecienta y, si no hay un Estado lo suficientemente fuerte, organizado y del lado de la ciudadanía, como se escuchó en los discursos de campaña política, se convierte sin ningún pudor, en un simple aliado de esos pocos.

En el caso de la élite política, gracias a su servicio a favor de quienes ostentan el poder económico, fueron remunerados de tal manera que lo que ganaron durante el sexenio que está por finalizar, un trabajador común y corriente, no podría ganar ni en 100 años de trabajo. Si no me creen vean las cuentas y propiedades de: Videgaray Caso, Osorio Chong, Meade Kuribreña, Ruiz Massieu Salinas, Robles Berlanga, entre otros, no más de 10.

La migración es una constante que nunca acabará. Señores congresistas, es tiempo de pensar en leyes que regulen adecuadamente la entrada y salida de personas, que por sus necesidades económicas, políticas o sociales necesitan buscar nuevos espacios y lograr mejores condiciones de vida.