José Javier Reyes: Otro debate marihuano

Un hecho que se muestra con claridad en esta época preelectoral es que la condición de candidato no es producto sólo de una designación, no es vocación ni destino: a veces puede ser un sentimiento, un impulso irrefrenable. Decimos esto porque las propuestas facilonas, escandalosas pero sin fundamento surgen de donde sea y en boca de quien sea. Si planteamientos como la amnistía propuesta por Andrés Manuel López Obrador; la “renta básica” a la que todos tendríamos derecho por el simple hecho de ser mexicanos, según Ricardo Anaya; o la muy criticada propuesta de seguridad de José Antonio Meade, son lógicas en el entendido que hay que buscar votos donde se pueda, hay otras que parecen ganas de robar cámara. Es el caso de la propuesta de legalizar la marihuana en destinos turísticos, que hiciera el titular de Sectur, Enrique de la Madrid.

La posición del secretario de turismo es tan radical que propone legalizar no sólo el consumo sino la producción y venta de marihuana, lo que lógicamente contribuiría a incrementar el turismo en estas zonas de tolerancia.

Su lógica es impecable: “si vengo de California, que hay algo de eso (quiso decir, legalización de la marihuana con fines recreativos), yo diría 'si me las van a prohibir en Los Cabos, mejor me quedo en California'.” Alguien podría objetar que bajo esta óptica deberíamos permitir el turismo sexual, que sí está prohibido en California y que podría ser un enorme atractivo en Los Cabos o Cancún. Pero también para eso hay respuesta: "científicamente hablando, la marihuana es mucho menos dañina que el alcohol y el tabaco". Pero lo cierto es que en vez de fomentar su consumo, las autoridades deben implementar campañas en contra del abuso del cigarro y el alcohol y concientizar sobre sus peligros.

Y como otro de los impulsos irrefrenables en estas épocas es debatir, todos los que pudieron se subieron al ring. El mismísimo precandidato Meade opinó que legalizar el uso de la marihuana en algunos estados no ayuda y pidió un debate serio sobre el tema. Anaya consideró que legalizar la marihuana no ayudará a eliminar el problema de la violencia y AMLO por lo claro evadió el tema para decir que luego “me acusan de estar apoyado por los rusos”.

Poco después De la Madrid aclaró que la opinión era “a título personal” y no expresaba la posición del gobierno mexicano. Pero para entonces ya había corrido mucha tinta y saliva en este mini debate paralelo.

La tentación de hacer declaraciones polémicas y estruendosas siempre está ahí. Creer que son exclusivas de los candidatos es un error, una ingenuidad. O tal vez todo mexicano tiene un candidato en su interior, pugnando por salir. Y las fechas son propicias para dejarlo salir y tener la atención de los medios, aunque sea por un par de días.