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El autor presentó su libro Despojos en el IMACP

“Sólo existen dos temas, que son el mismo: el amor y la muerte”: Reyes
Domingo 07:32 pm, 02 Sep 2018.
José Javier Reyes
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El autor presentó su libro Despojos en el IMACP

“Durante mucho tiempo se ha especulado respecto a que en la literatura sólo existen dos temas, el amor y la muerte. Augusto Monterroso dijo que eran tres y agregó ‘las moscas’, pero era una broma de él. Yo creo que el amor y la muerte pueden ser el mismo tema”, afirmó de José Javier Reyes al presentar su libro de narraciones Despojos, cerrando el octavo Festival Lectura y la Poesía, organizado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla.

“Una mezcla de elementos contrastantes está presente en estos cuentos: la muerte, el humor, el horror, la ruptura de las relaciones causales y hasta lógicas. No hay en este caso valoraciones moralistas. Cada uno de estos hechos se integran de manera natural como parte del tremendo azar de la vida”, refirió el autor al presentar su obra.

El libro fue uno de los dos ganadores de la Tercera Convocatoria de Publicación de Libros, convocada por el Instituto Municipal de Arte y Cultura, en cuyas instalaciones se presentó el libro. El instituto es, al mismo tiempo, editor de la obra junto con la Editorial 3 Norte.

El libro está conformado por 26 narraciones de diferente extensión, que van desde cuentos breves hasta minificciones de menos de una línea. Llama especialmente la atención por su brevedad el siguiente, intitulado Matrimonio:

“Y vivieron infelices para siempre.”

Reyes es autor de la colección de relatos Obsesiones, mecánica de sueños, (2002, premio de cuento Beatriz Espejo 2000), de la novela Nuestro Amor (2003, mención honorífica del Premio Nacional a Primera Novela “Juan Rulfo” 2002) y los libros de poesía Inventario de sombras (2004) y Ceniza de horas (2005 Premio Nacional de Poesía "Clemencia Isaura"). Asimismo, aparece recopilado en varias antologías de poesía. Una muestra de sus trabajos publicados puede verse en la página http://jose-javier-reyes.blogspot.com/

El autor ha ejercido el periodismo en diferentes diarios y páginas noticiosas en Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán, mismo que ha combinado con la práctica de la literatura. Pero la literatura es, afirma, “su verdadera y más grande pasión”.

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Un cuento de Despojos

Un mundo sin héroes

Como sepulturero, he visto muchas cosas entrar y salir de la tierra y no me asusto fácilmente; después de los primeros cien cadáveres, de cien formas diferentes de descomposición, hay poco que pueda asustar.

Sin embargo, el verlo salir de su tumba me perturbó profundamente. No, no fue miedo. Fue una sorpresa del tamaño de la misma muerte. Apenas pude reconocer al anciano cadavérico.

-¡Don Fidel!

Me miró estúpidamente, como si hubiese descubierto un imposible anonimato o despertara de una profunda amnesia y al fin recordara quién era o quién había sido.

-¿Es usted un obrero? –me interrogó.

-De alguna forma...

-Si usted es obrero, yo lo represento y hasta puedo opinar por usted. Soy su líder, soy...

-Sé quién es; pero dudo mucho que sea líder de alguien.

-¿Es usted de la oposición? –preguntó contrariado.

-La oposición ya no existe. O para ser más precisos, lo que antes era la oposición hoy es el gobierno. Y usted ya no es líder de nadie, porque está muerto desde hace muchos años.

-¿Muerto? ¿Cómo? ¿De qué forma?

-Hay un refrán que dice: "Dios perdona, pero el tiempo no". Dicho de otra forma, usted murió de viejo.

-¡Absurdo! ¡Yo no puedo morir! ¿Que será del sindicato, de los obreros, sin mi ayuda?

-Poca ayuda representaba ya, don Fidel. De cualquier manera, la mayoría de sus agremiados habrán muerto también.

-Por eso no ha venido nadie a recibirme. Muerto y olvidado: qué triste fin.

-Olvidado no. En torno a su persona se organizó una iconografía y un mito. Extraña suerte en un mundo sin héroes.

Don Fidel pareció angustiarse. Si dentro de la muerte se puede envejecer, él lo hizo en un minuto. Tenía muchos años más de muerto.

-No lo entiendo; si no vine a dirigir obreros o a destapar presidentes... ¿qué hago aquí?

-Pues eso sí no lo sé. ¿Usted a qué cree que salió?

Don Fidel buscó la respuesta dentro de sí mismo, sin hallarla. Pareció petrificarse, convertirse en una estatua de sí mismo. Luego, la corteza de su cuerpo se quebró, como la de un árbol añejo. Su masa monolítica cayó en costras, convertida en gravilla y aun las pequeñas piedras de lo que había sido su cuerpo, se granularon, se hicieron humus. Cuando un débil viento lo dispersó no quedó en el sitio ni un puñado de polvo que memorara su existencia.

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