Me dejas el celular o me mato: La pesadilla de una madre

La falta de presencia de la madre o el padre para algunos adolescentes de hoy, resulta ya poco relevante, lo que realmente les preocupa a algunos es la permanencia de los aparatos tecnológicos.

"Como han cambiado los tiempos", narra Azucena (nombre cambiado para proteger la identidad en este caso), madre de un adolescente con quien enfrenta graves problemas de conducta, debido a su adicción al celular.

"Todo parecía normal, su papá y yo estábamos bien y decidimos comprarle un celular y luego la tablet y luego otro celular", narra a agendatlaxcala.

Pero este panorama cambió.

"Con los días los problemas entre su padre y yo se complicaron y aunque él viene a ver a sus hijos ya no estamos juntos. Como su padre los consentía lo dejaba jugar el teléfono prácticamente todo el día, pero cuando él se fue tuve que poner mis reglas y le prestaba el celular sólo por ratos". 

Azucena nunca se imaginó lo que esta simple medida para lo que ella consideraba el bienestar de su hijo le acarrearía, la pesadilla había comenzado.

"Después de que tomé esta medida, empecé a notar cambios en su conducta, yo se lo atribuía a la separación con su padre".

Y continúa: "Asi que platiqué con mi ex esposo, ya que se iba con él el fin de semana y yo me enteraba que le prestaba el celular y que se pasaba todo el tiempo con el aparato".

Los domingos que el adolescente regresaba  a casa, se bañaba y preparaba sus cosas para la escuela, a regañadientes, porque todo el tiempo estaba con el celular por lo que su madre decidió quitárselo definitivamente.

"Se había vuelto muy rebelde, yo lo atribuí a la separación con su papá, pero su estado de ánimo no se debía a eso, porque cuando le daba el celular estaba bien, él para todo quería el celular no quería hacer ya nada y reprobó dos materias en la escuela secundaria, lo castigué y le dije que no se lo daría por su mal comportamiento y las calificaciones".

Pero todo empeoró.

"Fue tal su vicio al celular que me gritó y si no es porque me retiro me asesta un golpe, nunca me había hecho una grosería, esa vez me quedé con rabia, con muchos sentimientos".

De ahí le siguieron episodios de agresividad.

"Llegó al grado de amenazarme, con irse de la casa o matarse si es que no le devolvía el celular, porque esa era la unica forma en la que él se encontraba tranquilo".

"Las cosas empeoraron, porque ya me gritaba, me decía que me odiaba, que no era feliz conmigo, que yo era mala y su papá no, porque él si le prestaba el celular".

Fue el momento de tomar una decisión y buscar ayuda profesional para el joven que aún sigue en tratamiento.

"Hable con su papá y tuvimos que llevarlo a un sicólogo, quien nos dijo que en efecto mi hijo tenía una dependencia al celular y que se debía tratar, ahorita sigue en tratamiento".