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12 de octubre, la colada interrumpida de Colón

Columna por el Prof. y Antrop. Soc. J. A. Javier González Corona
Vienes 09:28 am, 12 Oct 2018.
Prof. y Antrop. Soc. J. A. Javier González Corona
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12 de octubre, la colada interrumpida de Colón

Estamos en un mes de conmemoraciones tristes y de un alto contenido de reflexión: 2 y 12 de octubre. Matanza estudiantil en el primero y en el segundo, el descubrimiento de nuevas tierras para los europeos; preámbulo de una conquista cruel y despiadada por parte de los españoles. Sé que a muchos nos les gustará lo de “conquista cruel y despiadada” y dirán que debemos agradecer el habernos traído una cultura “mejor” a la que teníamos. Pregunto: ¿Asesinatos, esclavitud, violaciones; una religión impuesta mediante la Santa Inquisición; un gobierno corrupto, autoritario y cruel; enfermedades; entre otras, será una cultura mejor?

En la pasada columna me referí brevemente por el espacio, al 2 de octubre. En esta ocasión haré lo propio con el 12 del mismo mes. Cristóbal Colón nació el 31 de octubre de 1451 sin un dato definido en cuanto a su lugar de origen: Portugal, Italia y España se lo disputan, incluso, entre los españoles, unos dicen que fue catalán y otros, vasco. Varios historiadores señalan que él pensó haber llegado a tierras asiáticas en el año de 1492 apoyado por los Reyes Católicos (Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla). Algunos de sus biógrafos señalan que muere con esa idea el 20 de mayo de 1506, en la ciudad de Valladolid, España a los 55 años de un ataque cardiaco.

Algunos historiadores señalan a los Vikingos como los primeros (5 siglos antes de Colón) en conocer, lo que a la postre fue el continente americano (sabemos que el nombre de América fue en honor a Américo Vespucio, quien recorrió las costas sudamericanas y elaboró un mapa, concluyendo que no era Asia, sino otro continente). Otros historiadores más, señalan que no fueron ni los Vikingos ni Colón, quienes llegaron primero, sino grupos de cazadores-recolectores siberianos que cruzaron el estrecho de Bering con la firme intención de satisfacer sus necesidades básicas.

El viaje de Colón fue financiado por los Reyes y motivado por la iglesia, en consecuencia, al consolidarse la conquista con la llegada de Hernán Cortés en 1519-1521, ambas instituciones exigen su coto de poder en los diferentes países colonizados del continente americano. En México, el Congreso de la Unión decretó con fecha 24 de septiembre de 1892 y con motivo del IV centenario del descubrimiento, que el día 12 de octubre fuera de fiesta nacional. Para ello, prepararon un sobresaliente programa musical, además de un desfile que encabezó Porfirio Díaz, culminando en la Plazuela de Buenavista, ciudad de México, donde se develó la estatua de Colón. Después de ese evento, cada año festejaban y enaltecían la llegada de Colón a tierras americanas, destacando al hecho como un acto de gran importancia cultural, sin hablar del acto de coloniaje explotador. Incluso siendo presidente Emilio Portes Gil, oficializó el día de la raza al enviar una iniciativa al Congreso de la Unión: “Se declara fiesta nacional el 12 de octubre, ‘Día de la Raza’ y aniversario del descubrimiento de América”.

Es hasta el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas cuando tomó un nuevo viraje el festejo, destacando valores nacionales, uno de ellos, el reivindicar socialmente al indio. Tiempo después, el historiador Miguel León Portilla propuso eliminar el concepto de conquista y prefirió llamarle: encuentro de dos mundos. Así mismo, Leopoldo Zea planteó conmemorar y no celebrar el 12 de octubre, señalando: “El dominio no puede celebrarse”.

Es así que ante las manifestaciones de lucha y demanda por la dignidad del indio, en varios países de Latinoamérica como Bolivia, Argentina, Chile, el Salvador y México, entre otros, el 12 de octubre pasó a ser de una celebración con carácter hispano y de aplausos al colonialismo, a una conmemoración de protesta contra la pobreza, el racismo y la injusticia hacia los indios.

Incluso la SEP se vio obligada a eliminar en el calendario escolar el festejo (sólo algunos compañeros docentes y alumnos se molestaron por perder un día de asueto). En algunas ciudades desaparecieron casi por “arte de magia”; los monumentos dedicados a Colón. En algunas ciudades y comunidades se eliminaron los festejos que se realizaban en torno a la fecha, entre ellos los “bailes de banderas” que eran organizados por y para la élite del lugar. Los asistentes al parecer, asumían un compromiso de continuar con la actitud despótica de sus antecesores; tratando de reafirmar su posición de dominio tanto social, económica y política, para ese momento.

Era triste ver festejos donde alumnos de Jardín de Niños, Primarias, Secundarias y en algunas casos Preparatorias, realizar cantos, poesías individuales y corales, bailables, dibujos de banderas de diferentes países conquistados y al frente la de España. Sin olvidar los desfiles; ahí se resaltaban las tres embarcaciones donde llegaron los españoles a tierras americanas: La Niña, la Pinta y la Santa María; para ello, arreglaban carros alegóricos representando a cada una de ellas y en sus interiores, niños disfrazados a la usanza tradicional de esos tiempos; destacando a Cristóbal Colón y a los Reyes Católicos.

Sin duda Colón fue un gran navegante, murió sin concebir ninguna culpa de coloniaje y sus consecuencias; simplemente él cumplió con un proyecto personal y contribuyó a una política expansionista de España. Quienes caímos en la trampa del dominio español, fuimos los propios mexicanos; su penetración ideológica fue avasalladora, obligándonos a pensar que su llegada fue necesaria y bondadosa a pesar de su barbarie; incluso, nos hicieron añorar ser como ellos. Esto último lo señalo por las expresiones muy espontáneas de ciertas personas: “el niño(a) está muy hermoso(a), es que está blanquito(a)”; “estoy moreno, pero no tanto como los indios” o frases como: “no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre”; “pobre, lo dejaría entrar a la casa, pero tiene aspecto de indio y seguramente trae malas mañas”; “mi familia actual ya no tiene ojos verdes o azules; pero mis abuelos y bisabuelos sí los tenían, eran igualitos a los españoles, lástima, nosotros ya no” etc. Todas con una connotación racista evidente.

Bajo ese criterio, vemos y queremos, al parecer, seguir viendo al indio como aquel que debe ser pobre, analfabeta, ladrón, mugroso, feo, etc.; afortunadamente varias organizaciones y el movimiento del EZLN, aunque los racistas no lo acepten, han contribuido en la revalorización de quienes fueron los dueños originales de esta tierra. Destacando que su lucha para mejorar sus condiciones de vida y ser considerados como iguales, en un país que sólo se dice en discurso, la están realizando ellos mismos. Creo que está costando demasiado superar el trauma sufrido por la Conquista, iniciada, queriendo o no, por Cristóbal Colón.

Ante una imposición ideológica impulsada por la educación formal, Colón podrí colarse como un gran personaje, sin embargo las condiciones de miseria, entre otras cosas más, impuestas a los naturales por parte de quienes le sucedieron a su “descubrimiento de tierras”; lo llevaron a salir del panteón de los destacados y lo situaron en el panteón de los humanos comunes y corrientes. Al final, Colón no pudo colarse al panteón de los grandes héroes en México; sin duda alguna en España sí.

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