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Perdiendo objetividad, credibilidad y confianza. Dividiendo país

Columna por el Dr. Fernando León
Lunes 10:02 am, 10 Dic 2018.
Dr. Fernando León
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Perdiendo objetividad, credibilidad y confianza. Dividiendo país

Difíciles momentos vive el país.  Mucho se escribe todos los días sobre los acontecimientos políticos, sociales, económicos,  que escucho ya con frecuencia el " estoy harto de tanta desinformación ". " prefiero no ver  y no saber ya de noticias " .

Y frecuente es la divergencia de opinión sobre cada uno de los temas;  complejos o sencillos que suceden todos los días.

Los vemos sin objetividad , sin imparcialidad, sin saber la certidumbre de la fuente.  Estamos tan polarizados,  que cada quien quiere ver su verdad en base a sus convicciones y preferencias políticas o de las personas.

No hay tema que no sea controversial.

Es por ello,  también,  más complicado escribir para un público que sigue muy,  muy sensible y polarizado.

Estamos dejando de ser analíticos,  realistas,  objetivos.

Desde  Kant la objetividad es definida como validez universal, esto es, validez para todos los hombres, con independencia de su religión, cultura, época o lugar, por contraposición con aquello que vale sólo para unos pocos.

La objetividad en sentido  epistémico es más bien un "índice de confianza" o de "calidad" de los conocimientos y representaciones. Y en nuestro México  ya no confiamos en nadie!. 

Por ejemplo :

* La Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó suspender la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que establece que ningún funcionario puede ganar más que AMLO. 

* Sale el avión presidencial rumbo a San Bernardino, California, para iniciar su proceso de venta. Expertos dicen que tendrá pérdidas millonarias su venta.

* Los órganos autónomos y reguladores "crecieron como hongos después de la lluvia" en este sexenio, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador : ( refiriéndose al INAI y organismos de regulación energética).

Vaya.  No es tema de la columna entrar a debate ningún tema.  Lo delicado es que para todo hay perspectivas que critican o aplauden.

Y veo dos temas que enrarecen al país.

1) perdida de credibilidad de las instituciones.  Si,  aquellas,  que bien que mal sostienen parte del andamiaje del país;  que incluso forman parte de la división de poderes ( caso del poder judicial);  que forman parte de intentos por mejorar la transparencia en el manejo de recursos como el INAI. 

Estoy de acuerdo que se revise las que sirven y también las que generan gastos  onerosos y tienen una mínima utilidad pública.

No tomemos a la ligera este tema,  pues sin instituciones , nos va mal a todos.

2) No veo un discurso conciliador no solo en los actores políticos, sino tampoco en los empresarios,  medios de comunicación,  grupos sociales.

Lo habitual ahora es seguir como si la elección estuviera en puerta.   Si algo dice  el Presidente y alguien lo expresa , viene la ola de ataque ( " ahora si se fijan en eso,  cuando el PRIAN dejó en ruinas el país "  " seguro son la mafia del poder " etc...  Etc. 

Y si alguien esta de acuerdo con el y lo defiende,  viene la otra ola de ofensas  ( " ignorantes " " pejezombies " etc.. etc.. )

Y no hay voces conciliadoras.  No hay mesura.  No hay puentes de entendimiento.  Hay oficio político en algunos actores, pero parece no haber voluntad de diálogo constructivo.

Es diferente si el presidente y su gabinete expresaran :

Vamos a dialogar con el Poder Judicial a efecto de que se sumen a la estrategia de austeridad.  No nos vamos a confrontar ni entrar en controversias jurídicas.

Vamos a revisar las instituciones que sirven y en su caso,  con elementos de juicio se harán los ajustes necesarios.

Hay sueldos verdaderamente ofensivos,  pero si se desconoce la ley,  no pueden bajar por decreto,  deberá haber diálogo y acuerdos.

Si como esos temas,  a manera de ejemplo se tuvieran en lo cotidiano las cosas,  nos va a ir mejor.  Nadie gana con la polarización.  Y es,  sin duda,  el présidente,  quién debe poner el ejemplo. 

Pero pareciera que sigue el discurso que deja contentos a sus seguidores más fieles,  y todo se direcciona a ellos.  A veces generando encono. 

Con el objetivo de señalar que estamos en una IV transformación,  todo lo anterior esta mal.  Todo lo que se hace ahora,  esta bien,  aún cuando en términos reales no genere una utilidad pública.

Hago votos por que cambie el discurso y la actitud que divide.  Tiene un altísimo costo el polarizar a la población.

Iniciemos por nosotros.  Por la mesura,  la objetividad. 

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