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A propósito del “Día del trabajo”

Columna por: Prof. y Antrop. Soc. J. A. Javier González Corona
Domingo 04:24 pm, 29 Abr 2018.
Prof. y Antrop. Soc. J. A. Javier González Corona
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A propósito del “Día del trabajo”

A propósito del 1° de mayo “Día del Trabajo”, los trabajadores en general tienen mucho que decir y mucho más que exigir. Los salarios y prestaciones no son los deseados para tener una vida digna para la mayoría de los trabajadores. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) “entre 1992 y 2016 el ingreso promedio ha tenido fluctuaciones que no han permitido mejoras permanentes en el bienestar de los hogares…si bien el poder adquisitivo del ingreso laboral se incrementó 8.6 por ciento entre 2014 y 2016, éste se redujo 10.6 por ciento entre 2005 y 2017. A esto se suma el alza inflacionaria reciente, que en 2017 alcanzó 6.77 por ciento, lo que ha provocado una disminución en el poder de compra de los hogares de 2.5 por ciento en ese año”. Durante los meses del 2018 no se han dado movimientos significativos. Datos no alentadores, pero como en todo, hay una explicación.

A fines del siglo XIX y principios del XX los talleres artesanales en México fueron sustituidos por los obrajes y éstos mediante un proceso lento se fueron convirtiendo en fábricas capitalistas. A la par de los obrajes se dieron las sociedades mutualistas y cooperativas, integradas por trabajadores de diferentes oficios: carpinteros, panaderos y tablajeros, entre otros más. Su objetivo era ayudarse mediante un fondo económico común.

Con la llegada a México de un capitalismo débil, pero con intereses similares al del gran capital; se conforma la clase obrera con toda la inexperiencia en la lucha laboral, salvo con la mínima información de la Internacional Comunista llegada de Europa, además de sus grandes deseos de mejorar sus condiciones laborales y de vida.

La formación de la Tercera Internacional robustece la lucha de los obreros y aunque la información llega a cuenta gotas al país, permite crear una insipiente conciencia de clase. Fundándose en mayo de 1918 la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y, posteriormente en 1936 la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Quienes van a ser la primera y segunda Confederación de trabajadores con carácter nacional respectivamente. Aunque a la postre, se convirtieron en sindicatos corporativistas al servicio del Estado y a la clase patronal.

Los sindicatos de docentes en el país, se sustentan en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); mismo que lo fundan en el año 1943 con la firme intención de conformar una unidad de todos integrantes del gremio, aspecto que logran cuantitativamente hablando, ya que se vuelve el sindicato más grande de Latinoamérica. El antecedente de éste, es la asociación denominada “Casiano” (seguramente toman ese nombre del santo de la iglesia católica, Casiano de Imola, quien fue maestro y mártir en Italia) integrada por profesores de los estados de Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tabasco. Paradójicamente a la fecha, su lucha sindical la realizan a través de la CNTE, organización radical opuesta al SNTE.

Para 1932 y ante los ínfimos salarios y persecución que eran objetos los profesores, crean la Confederación Mexicana de Maestros (CMM). En 1934 fundan la Liga de Trabajadores de la Enseñanza (LTE)). Cabe destacar la integración de un gran número de maestros a la CTM, dando origen al Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana (STERM).

Posteriormente se integra el Frente Revolucionario de Maestros (FRM) y más tarde, el Sindicato Mexicano de Maestros y Trabajadores de la Educación (SMMTE). Estos últimos durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho a quien le interesaba la unificación del magisterio nacional. Al no lograr su objetivo fácilmente, conviene con el Licenciado Antonio y Villalobos, para ese momento presidente del Partido de la Revolución Mexicana (PRM antecesor del PRI), quien convoca al Congreso de Unidad efectuado en la ciudad de México el 30 de Diciembre de 1943. Surgiendo ahí el SNTE.

Líderes corruptos en la historia de México han dado pauta para que la propia sociedad critique a los sindicatos y los enjuicie, como si un sindicato fueran exclusivamente sus representantes. Esos mismos líderes han dado la apertura para que el “Primero de Mayo” en lugar de expresar por parte de la clase trabajadora inconformidades y mejoras en lo laboral y salarial, simplemente los “inviten” a realizar un desfile tradicional y ordenado, agradeciendo al parecer, que les estén dando trabajo. Qué triste se observa ver rostros de inconformidad por estar ahí, pero que lo deben hacer por la seguridad de su trabajo.

Hay excepciones que manifiestan su inconformidad ante sus condiciones laborales, pero por tal motivo, les cierran las puertas a su participación en el desfile. Aunque en algunas ocasiones para evitar ese “bochorno” de que griten y manifiesten su realidad laboral y salarial; simplemente suspenden el desfile. Así mismo, habría que sorprenderse de los bailes que les organizan a los trabajadores al final del desfile, aunque al otro día deban hacer un esfuerzo supremo para levantarse y llegar a tiempo a sus labores para que no les descuenten parte de su salario. Se les ve llegar cansados, adormilados y algunos con la clásica “cruda” que los mata, pero que tienen que aguantar. Esperando que la jornada de trabajo, vuele, como voló la tarde-noche anterior.

En el caso específico de los docentes, su lucha sindical a través de los años no ha sido fácil; sin duda en ese proceso han existido logros, más no los suficientes. Muchos de esos logros han costado demasiado, incluso muertes. El Estado mexicano al parecer, no ha reflexionado lo importante que es la de ofrecer una educación de calidad bajo los principios del tercero constitucional. Salvo en discursos. Y aceptar que los agentes inmediatos para lograr esa calidad, son los docentes; pero para ello, deben estar debidamente remunerados y contar con las condiciones infraestructurales adecuadas en cada uno de sus centros de trabajo. Y esto no es para pensarse mucho, ni ser gran intelectual para entenderlo, ni aplicar una Reforma Educativa tan sólo por aplicarla, sin comprobar si tiene realmente beneficios académicos a favor de los alumnos. ¿Usted qué opina? Por favor, no piense en corrupción.

tecolotla@yahoo.com.mx

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