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La consulta, a consulta por José Javier Reyes

Fe de ratas columna por José Javier Reyes
Domingo 09:19 am, 26 Ago 2018.
José Javier Reyes
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La consulta, a consulta por José Javier Reyes

Afirma la sentencia latina que la voz del pueblo es la voz de dios. Tal era la importancia que se le daba desde tiempo remoto a lo que hoy llamaríamos “opinión pública”. La forma institucional de esta locución latina son las elecciones: desde que Jean-Jacques Rousseau manifestara que el poder que rige a la sociedad es la voluntad general que mira por el bien común de todos los ciudadanos, entendemos que es esta voluntad general la que se manifiesta cada tres o seis años en las urnas. Finalmente, define a quienes han de gobernar la sociedad.

La idea ha tenido a lo largo de la historia sus partidarios y sus detractores. La nómina ilustre de quienes han abundado en el tema. En favor, como Maquiavelo, o en contra, como Kant, establecer hasta qué punto la opinión de la gente es una norma infalible es motivo de debate. Nunca, sin embargo, este aforismo se había llevado a su extremo, como lo hizo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, cuando anunció en junio de 2018 que la controvertida construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) sería sometida a consulta pública, considerando las opciones: seguir con la construcción del aeropuerto en Texcoco, ya sea con o  sin inversión del gobierno; cancelarlo y en su lugar construir dos pistas en el aeropuerto de Santa Lucía, y en este caso, utilizar los terrenos y lo construido como oficinas públicas. En todo caso, mantener los terrenos del lago de Texcoco como vaso regulador.

Opine usted, estimado lector: ¿cuál de estas opciones es la mejor? ¿O acaso hacer el aeropuerto en otro lugar que no sea no Texcoco ni Santa Lucía? ¿Cuántas pistas deberían construirse: una o dos? ¿Para llegar a éste será necesario construir un tren ligero o una carretera?

Usted no lo sabe. Yo tampoco. Y la enorme mayoría de los encuestados, tampoco. Entonces, ¿qué sentido tiene la consulta? No se trata, como han señalado las redes sociales, de que se critique a AMLO si consulta o si no consulta. Lo que preocupa es que no todas las propuestas se someten a este método. ¿Se someterá a consulta la Reforma Educativa, la venta del avión presidencial? ¿Qué sí y qué no?

La solución es obvia: someter a consulta las consultas. Hacer una pre-consulta para saber qué temas se someterán a consulta. De tal suerte, la idea de hacer de la voz del pueblo la voz de dios se transformará en una democrática costumbre que nos hará pedirle permiso a una mano para mover la otra. Pero, sobre todo, se volverá la excusa perfecta para liberar a los gobernantes de toda culpa; para retractarse de toda promesa de campaña, para exonerarse de antemano. ¿Y luego? ¿Castigaremos al pueblo desatinado si sus determinaciones no funcionan? ¿Nos resignaremos a decir que todo gobierno tiene el pueblo que merece?

La idea no es mala, como se ve, aunque una tanto complicada de poner en marcha. Proponemos una consulta para aceptar esta revolucionaria propuesta.

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