¡Nos dicen que pensemos al populismo como algo satánico!

El documental “Populismo en América Latina” es una campaña de miedo contra un proyecto distinto al neoliberal y a favor de los intereses y comodidad -o impunidad- de sus defensores. Las campanas de miedo reflejan el miedo de los que están al mando y control del poder. Miedo a que la sociedad se informe, analice, critique, cuestione sus métodos y objetivos de gobernar. A que la gente tome consciencia del tipo de gobierno que le conviene y necesita y que hoy por hoy, no es el Estado neoliberal ni el gobierno de derecha.

El texto en verde es la sinopsis para tu cuadrito, porque luego pones unas bien chafas.

No sorprende, en absoluto, los actos que vimos la semana pasada, en relación con el surgimiento de una serie documental que lleva por título “Populismo en América Latina”. En este espacio advertimos que los grupos económicos y políticos que hoy ejercen el poder harían de todo para evitar que Andrés Manuel llegara a la presidencia de México. Puedes leer la nota en (https://www.agendatlaxcala.com/2018/columnistas/la-venezuela-mexicana-si-la-izquierda-gana-las-elecciones).

Esta situación se entiende aún más, en un escenario en el cual, después del primer debate presidencial que dicen -no sabemos porque-, ganó Ricardo Anaya, López Orador sigue siendo el candidato que goza de la mayoría en las preferencias del voto popular en las principales encuestas electorales. Así que, ¡no nos sorprendamos del momento en el que surge el mencionado documental!

Después de un recorrido en la teoría para conocer en sí, el significado de la palabra “populismo”, hallamos que es un término que no cuenta con una definición clara, como tal. Es una expresión ambigua e imprecisa y, en todo caso, su uso depende de la intención manipuladora del grupo de poder o gobierno que la esté utilizando, y no de la propuesta política como tal, de la persona o grupo al que se le adjudica.

Se enuncia a un gobierno o partido como populista cuando su estrategia política se centra en propuestas que resultan de interés o a favor del pueblo. En el panorama electoral que vivimos, no se trata de un gobierno, sino de candidatos que aspiran llegar al poder. Con base en lo anterior, sostenemos que tanto la candidata como los candidatos -incluso el gobierno en turno- caen en la línea del populismo, pues en sus promesas de campaña, todos buscan decir al electorado lo que éste quiere escuchar. Todos proponen acciones “a favor del pueblo”.

Pero ¿Qué tiene en especial el término como para convertirlo en eje central de una campaña? Un factor más del populismo y que, de hecho, es la razón por la cual sale a la luz a estas alturas del juego electoral el documental, es su connotación negativa. Desde las ideologías y cúpulas de derecha se asocia a las corrientes de izquierda como populistas y con algo malo, no útil e incluso dañino para la sociedad.

Se está utilizando al populismo como un misil ideológico que apunta directamente en contra de AMLO y dirigido a la mente de un electorado con consciencia política flaca que, bien saben los que ejercen el poder, no lee, no cuestiona, no contrasta lo que dicen los spots de propaganda política y los grupos del gobierno en diversos medios y que lo más que sabe hacer es aceptar y reproducir lo que éstos le dicen.

Enrique Peña Nieto ha entrado al juego y, ante los consejeros de Citi®Banamex® ha advertido del riesgo de “...modelos proteccionistas [ y de] las políticas populistas e irresponsables [que] destruyeron en los años 1970 y 1980 el patrimonio que los mexicanos habían construido durante décadas. Millones de familias vieron cómo se esfumaron sus ahorros…”. Se refiere, naturalmente, al modelo Sustitutivo de Importaciones y al Estado Interventor (que analizamos en la liga: https://www.agendatlaxcala.com/2018/columnistas/el-estado-interventor-y-el-modelo-sustitutivo-de-importaciones).

Solo recordamos aquí que, con la aplicación de ese modelo, México logró un posicionamiento económico importante a nivel mundial, y que su fin se debió a diversos actos de corrupción y mal manejo de las finanzas públicas, que han continuado en la época neoliberal, desde sus inicios hasta los últimos días que lleva el gobierno de Peña Nieto. Entonces, un Estado neoliberal, como el de Peña, no es muy bondadoso que digamos, con la sociedad.

El productor de la serie comenta que en la casa productora “La División”, están siendo presionados “ilegitima y antidemocráticamente” por la coalición que respalda a Andrés Manuel para que su documental no sea transmitido. Fernando Belaunzaran, candidato del PAN a delegado por Iztapalapa ha sentenciado que “Quien no lo vea, quizá luego se lamente”, ¿de qué, o por qué?

Basándonos en el compromiso con “la pluralidad” y con la “libre expresión” que dicen tener los productores de la serie, desde este espacio les pedimos que elaboren un documental de la globalización y todos sus efectos colaterales inherentes. Ello daría muestra de su compromiso social de informar y no solamente su objetivo de cumplir con la venta de un trabajo proselitista para el que fueron contratados.

El telón de fondo de todo este teatro político es otra campaña de miedo, al estilo de las de José Antonio Meade, candidato del PRI. Para ello se asocia a AMLO con el populismo y con los acontecimientos y personajes de otros países. No se nos dice el dato real de los resultados de los gobiernos que presidieron en sus naciones y las razones de sus crisis como en Venezuela, que es instrumentada desde EEUU.

Al electorado mexicano se le está induciendo a pensar que el populismo es malo, que si regresa el Estado Interventor -que tanta falta le hace al país- habría crisis, inestabilidad económica y diversos efectos a la economía familiar. Como si con el Estado neoliberal de Peña Nieto y sus antecesores no lo hubiera o estuviéramos en el paraíso ¿Qué de benéfico para las familias mexicanas traen los gasolinazos, los aumentos al ISR o al IVA, el extractivismo o la construcción del Nuevo Aeropuerto con el dinero que los trabajadores ahorran en las afores? Esos son los proyectos que defiende la derecha, representada por la candidata y el resto de los candidatos. Con esta nueva arma política, buscan frenar y disminuir el avance de MORENA en las preferencias del voto.

No es un proceso nuevo. Desde 2006 se construyó el muy famoso “López Obrador es un peligro para México”. Y no es AMLO en sí. Es una campaña contra un proyecto distinto al neoliberal y a favor de los intereses y comodidad -o impunidad- de sus defensores. Las campanas de miedo reflejan el miedo de los que están al mando y control del poder. Miedo a que la sociedad se informe, analice, critique, cuestione sus métodos y objetivos de gobernar. Miedo a que la sociedad tome consciencia del tipo de gobierno que le conviene y necesita y que hoy por hoy, no es el Estado neoliberal ni el gobierno de derecha.

¡Hasta la próxima!