De 1988 a 2018 Columna por Miguel Sánchez Ramírez

El primero de julio, México cumplió en su cita con la historia, más del 60% de los mexicanos acudimos a las urnas a emitir nuestro voto y de manera muy concreta a mostrar nuestra absoluta inconformidad con el régimen del gobierno actual, con lo sexenios que le apostaron a la globalización y con una política económica que hace más pobre a los pobres, y, más ricos a los ricos, este enojo social que era muy evidente en todos lados se asoció con una candidatura que alentó la esperanza de un México mejor, de un México sin corrupción, sin tranza, sin compadrazgos, sin amiguismos, sin gasolinazos, y sin incremento de impuestos, un México en el que los adultos mayores tengan el doble de la pensión que se les asigna y que ésta sea universal, un México donde los “niños” tengan becas que puedan incrustarlos a procesos productivos y un México con tantas y cuantas necesidades que espera mucho de nuestros gobernantes, en este momento López Obrador, tiene mayoría en el Congreso de la Unión, mayoría simple en la Cámara de Diputados, mayoría simple en la Cámara de Senadores, es importante hacer notar que en la Cámara de Diputados no alcanzó la mayoría calificada de las dos terceras partes, por lo que habrá que hacer acuerdos políticos con algunas fuerzas progresistas que también desean el cambio de este país, sobre todo para las reformas constitucionales, puesto que reformar la Constitución requiere de las dos terceras partes de la Cámara de Diputados y de la Mayoría de los Senadores con la votación de alrededor de trescientos Diputados no se alcanza esa mayoría calificada que es necesaria para tales Reformas, También alcanzará si es que los números no fallan, la mayoría simple de diputados en más de diecisiete legislaturas locales que también se requieren para poder aprobar las Reformas Constitucionales. López Obrador prometió en su campaña “cancelar” la Reforma Educativa; sin embargo, en mi muy humilde opinión esa no es la solución que México requiere, se necesita revisar lo que sí es útil y lo que no sirve de esta reforma apostándole a que la educación pública realmente sea de calidad en nuestro país, y eso amerita mejores instalaciones, Profesores mejor pagados, mayor inversión a la investigación, a la difusión cultural, respeto amplio a la libertad de cátedra y tantas otras cosas que desde hace muchos años de nuestro país han venido a la baja.

No obstante debe hacerse una reflexión, hay grandes diferencias entre la votación de 1988 y la de 2018; en 1988 sólo había una ala rebelde encabezada por el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, lo que se equipara a ese tiempo es que entonces también existía un encono social, la mayoría molesta por las situación económica del país, por la devaluación del peso frente al dólar, por los excesos del Gobierno, por la fallida renovación moral de Miguel de la Madrid, y decidió votar por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en forma mayoritaria como ahora sucedió con López Obrador, inclinándose por la izquierda; sin embargo, en aquella ocasión una gran diferencia es que los partidos políticos no tenían todos sumados la suficiente fuerza para poder oponerse a ese arrebato, a ese robo descarado de la voluntad popular, también debe de decirse que en 1988, no existían las redes sociales, “benditas” redes sociales como las llamó López Obrador, que hoy cumplen una doble función, un doble filo, puesto que en las mismas se amasa la fortuna del bien y también se amasa la fortuna del mal, pero hoy para beneficio y para congratulación del Pueblo Mexicano, las redes sociales sirvieron para desenmascarar a los que con pieles y caretas de ovejas realmente escondían sus negras intenciones como lobos sanguinarios dispuestos a acabar con el empobrecido pueblo.

¿Hemos triunfado?, considero que no, estamos felices porque se ha respetado ahora sí y no como en 1988, la voluntad popular, se ha reconocido como nunca en la historia por el Candidato del Partido en el poder y por los otros tres Candidatos contendientes, el triunfo inobjetable, además como nunca en la historia de este país un partido que se erige como de izquierda y de oposición ha ganado la mayoría de todos los escaños, y cuenta con los instrumentos legislativos y jurídicos necesarios para entregar al pueblo lo que realmente necesita, ¿eso será suficiente?, por supuesto que no, si los Mexicanos seguimos actuando en las mismas complacencias y siendo honestos cuando nos conviene y cuando vemos la forma de salvar el pellejo seguir recurriendo a la corrupción, como darle la mordida al policía, como sobornar a las Autoridades, como seguir en este camino de la facilidad pragmática, evidentemente no habrá cambiado nada, puesto que el mismo gobierno así lo asimilará, este cambio demanda un verdadero esfuerzo de todos, de asumir una posición vertical, honesta, correcta que no permita el más mínimo asomo de corrupción, las grandes sociedades, las más avanzadas de este mundo no admiten corrupción, México está llamado a ser grande, tenemos grandes riquezas, nuestro país tiene petróleo, tiene minas, se siembra y cosecha maíz, frijol,  hortalizas, nopales, frutas y legumbres, tenemos extensos litorales  en donde se practica la pesca, industria suficiente para poder satisfacer las necesidades internas, y para convertirnos en grandes exportadores; sin embargo, el hecho de que los que están sentados al frente y cuyos días ya están contados, como en la piñata “su tiempo se acabó”, preferían llenarse las bolsas a costa de encarecer los productos y frenar el proceso productivo, este es el cáncer que nos ha carcomido. En cada mexicano, en la conciencia de cada uno de nosotros estará el verdadero cambio, el Presidente por sí solo no podrá hacer nada, si seguimos en nuestras prácticas, nuestro país puede llegar a un estado de convulsión social en el que estalle una guerra, porque entonces si ya no hay una esperanza después de haber elegido a quien consideramos hará un buen gobierno, evidentemente la esperanza se perderá, como lo último que queda y no quedará más camino que la revuelta, que el estallido, que la cuarta transformación de la que ha hablado López Obrador, sea por vías violentas; desde luego bajo ninguna circunstancia apuesto a que esto llegue a suceder, por ello es necesario hacer un llamado al cambio de actitud, al cambio de conciencia, al cambio de mentalidad de los mexicanos, mientras sigamos siendo iguales,  nuestro país seguirá siendo igual, no podremos cambiar si no hacemos pequeños cambios que hagan la gran diferencia en este país, recoger la basura, limpiar nuestras calles, limpiar nuestro ambiente, no contaminar, no permitir ningún acto de corrupción, no dar mordida, eso realmente nos va hacer un país diferente y nos podrá enfilar al camino del progreso, México está llamado a ser grande siempre que sus hombres actúen con una mentalidad grande, con una mentalidad de triunfo, con una mentalidad de honestidad.